San Juan dirigió sus Cartas a comunidades que estaban en un contexto social, político y religioso bastante complicado, lleno de obstáculos que ponían en peligro las verdaderas enseñanzas de Cristo. Es por eso que el autor los exhorta a prevalecer en la verdadera fe.
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¿Cómo se conformaban las comunidades a las que iban dirigidas las Cartas de San Juan?
El papel del presbítero
En las cartas de San Juan se menciona el papel del presbítero (del griego, significa “el más anciano”). En el caso de las Cartas, se refiere a una persona que recibe una autoridad por su madurez, experiencia y calidad moral. Es alguien que tiene una autoridad, liderazgo y reconocido por la comunidad.
El presbítero es el que se dirige a las comunidades, y este podía ser una persona mayor de 30 años, edad a la que llegaba a la madurez y tenía el derecho de hablar con autoridad.
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Señoras: las Iglesias locales
La “Señora elegida” se le llamaba a cada una de las iglesias locales “elegidas por Dios” para creer en Cristo y recibir su Espíritu. (Señora elegida es un título de reconocimiento).
La palabra Iglesia proviene del griego ekklaeo, que significa “llamar”. Es decir, la Iglesia es una comunidad que ha sido llamada.
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Koinonia
Las comunidades viven la fe y la comunión fraterna, la koinonia, desde un aspecto no sólo espiritual, también material. Es la comunión fraterna más allá del discurso.
Llegar a la koinonia es un ideal con la condición de tener la posibilidad con el trabajo para conseguirlo.
Teología trinitaria
Las comunidades cristianas buscan definir la identidad eclesial basados en la teología triniaria: la comunidad es obra del Padre, de Dios, del Hijo Unigénito que, en su condición humana, se sacrificó en la cruz y abrió el camino a la comunión con Dios.
También es obra del Espíritu Santo, que es el generador de la comunión fraterna. Es decir, la comunión la genera el espíritu santo, no nosotros.
En este contexto, la vida en comunión de las comunidades juánicas tienen como objetivo la filiación divina: ¿por qué estamos llamados a vivir en comunión? Porque somos hijos de un mismo Dios.
No se trata de un gremio con intereses afines. Hemos sido llamados elegidos, la decisión no radica en nosotros a pertenecer, sino es Dios que nos ha llamado.
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Disidencia
Las comunidades cristianas eran una minoría y cada día luchaban para mantenerse firmes en la fe dentro de atmósferas hostiles:
En las comunidades también hay disidentes, que el autor llama “comunidades del mundo”. Llevan una tergiversación herética que cometen un rechazo a la verdad.
Es por eso que el autor escribe en un tono exhortativo a las comunidades, para perseverar en las verdaderas enseñanzas de Cristo.
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