En esta primera sesión de formación bíblica sobre las Cartas de San Juan, conocimos el contexto socio-cultural y religioso que estaban viviendo las comunidades cristianas tardías (S. I)

Estas tres cartas y el apocalipsis han sido atribuidas a San Juan, posiblemente a la escuela Juanica o círculos juánicos de discípulos que se encargaron de escribir la llamada literatura Juánica.

Esta unidad teológica juánica o tradición juánica encontrada en el Evangelio según San Juan, las cartas y el Apocalipsis, tienen un estilo literario y teológico muy parecido o similar, al cual se le ha denominado corpus joanem, y se caracterizan por contener una visión sobre cómo ser discípulo de Cristo.

El autor no sólo anuncia a Cristo, sino lo que vive, y exhorta a que, al recibir el anuncio de la fe, también tenemos la vocación de anunciarlo.

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Las Cartas de San Juan y el desafío del momento

Cartas de San Juan

Cartas de San Juan

Las Cartas de San Juan es un cuerpo vivo de enseñanzas, espiritualidad y disciplina con progresiva profundidad sobre los desafíos que pasaban las comunidades cristianas de Asia menor (Península Anatólica, hoy Turquía).

A esta se le conoce como la cuna del cristianismo (ahí se fundaron muchas comunidades cristianas, además de ser la cuna de san Pablo).

El autor se dirige a comunidades que se han convertido y viven la vida cristiana. La primera carta cuenta con expresiones que despiertan la polémica, debido a las represiones del momento.

Son comunidades tardías del siglo I, que viven una serie de situaciones donde están en contacto del mundo pagano.

Además de esta crisis, se encuentran en el enfrentamiento provocado por comunidades cristianas disidentes y falsos maestros y profetas que tergiversan el anuncio del evangelio”. Afectan la doctrina, la enseñanza, la comprensión de la salvación y la obra del espíritu.

Estos, puede que sean predecesores del gnosticismo, un conjunto de sistemas religiosos entre judíos y cristianos que enfatizaban cierto conocimiento espiritual por encima de las enseñanzas de Jesús y la tradición de la Iglesia.

Veían la existencia material como malévola, además de diferenciar al Dios del Antiguo Testamento con el del Nuevo; es decir, un dios de una naturaleza dualista (en el Antiguo Testamento, el dios malévolo creó el mundo). Y, por otro lado, el dios del Nuevo Testamento era espiritual y bueno.

Las comunidades cristianas presentaban este problema. El autor de las cartas está en una lucha contra estas creencias gnósticas y declara de los disidentes que “son el anticristo”.

En cuanto a la materia moral o ética, conocen el mandamiento del amor, pero no lo practican. Se sienten por puros y estar en comunión con Dios, pero aborrecen a sus hermanos.

Es por eso que en las Cartas de San Juan encontramos tanto sentencias hacia estos grupos, como felicitaciones a aquellos que viven la verdadera fe en Cristo.

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