La Diócesis de Azcapotzalco celebra la Semana Bíblica que tiene como temática el evangelio según San Lucas. Durante la primera sesión, Monseñor Adolfo Castaño nos compartió el tema “Buena noticia acerca de Jesús según San Lucas“.
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Buena noticia acerca de Jesús según San Lucas
Por: S. E. Adolfo Miguel Castaño Fonseca
La comunidad de San Lucas
El tercer evangelio es atribuido tradicionalmente a «Lucas». El nombre es mencionado en algunas cartas de Pablo (2 Tim 4,11; Flm 24). En uno de estos textos se dice que Lucas era médico (Col 4,14). De allí la tradición de que el autor del tercer evangelio era el médico Lucas. Pero no se descubren indicios que permitan afirmarlo con seguridad.
El libro está dedicado al «ilustre Teófilo» (Lc 1,3; Hch 1,1), del que no se da ninguna información. Podría ser una figura literaria que representa a todos los cristianos, ya que su nombre significa «amado por Dios».
Lucas escribió en una época en la que la Iglesia corría peligro de dividirse entre tendencias opuestas:
Algunos cristianos de origen judío de la comunidad de Jerusalén entendían que era necesario ser judío para poder ser cristiano. Y se mostraban reticentes ante los paganos convertidos a Cristo. Ponían como condición para alcanzar la salvación circuncidarse y aceptar todas las leyes y tradiciones judías (Hch 15,1-5). Pero algunos cristianos venidos del paganismo decían que para alcanzar la salvación solo era necesaria la fe en Jesucristo, y en consecuencia había que romper definitivamente con el Antiguo Testamento y con el judaísmo.
Lucas advirtió este peligro de división que había en la Iglesia y se preocupó por mostrar la continuidad entre el judaísmo y el cristianismo.
Hizo entonces un gran trabajo conciliador: enseñó que se debía recoger la herencia del judaísmo, al mismo tiempo que se abría el Evangelio a las naciones y se predicaba la novedad de Jesucristo.
La teología de San Lucas
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a) Lucas, el Evangelio para todos
El texto que sintetiza el pensamiento de Lucas se encuentra al final del evangelio. Jesús dice a sus discípulos: «Se debía cumplir todo lo que está escrito acerca de mí en la Ley de Moisés, en los libros de los Profetas y en los Salmos… Está escrito que el Mesías iba a padecer y resucitar al tercer día de entre los muertos y, comenzando por Jerusalén, se iba a predicar en su nombre la conversión y el perdón de los pecados a todas las naciones» (Lc 24,44.46-47).
Lo novedoso es que la predicación “a todas las naciones” pertenece también a «lo que está escrito acerca de mí en la Ley de Moisés, en los libros de los Profetas y en los Salmos» (24,44). Al mismo tiempo que manifiesta el valor que el AT para los discípulos de Jesús, Lucas afirma que, para que se cumpla todo lo que está escrito allí, es necesario que el Evangelio sea predicado a todas las naciones. El evangelio (y Hechos) muestra que la apertura del Evangelio a las naciones es obra del Espíritu Santo, en continuidad con la acción salvadora de Dios revelada en el Antoguo Testamento y de acuerdo con los Profetas.
b) Lucas, el Evangelio del Espíritu Santo
Lucas da especial importancia a la presencia y acción del Espíritu Santo:
Desciende sobre María para que ella conciba a Jesús (Lc 1,35); Isabel y Zacarías quedan llenos del Espíritu Santo (1,41.67) y hablan movidos por él, lo mismo que Simeón (2,26-27); desciende sobre Jesús (3,21-22) y lo lleva al desierto para ser tentado (4,1) y luego a Galilea para que comience su misión (4,14); la predicación de Jesús inicia con una cita de Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres…» (4,18); Jesús enviará al Espíritu Santo sobre los apóstoles después de su ascensión (24,49) y, con la fuerza de él, ellos serán testigos para anunciar el Evangelio a todo el mundo (Hch 1,8).
c) Lucas, el Evangelio de la misericordia y del perdón
Lucas multiplica las escenas en las que aparece de relieve la misericordia de Dios, debido a que quiere mostrar que el amor de Dios no tiene límites y se extiende a los pecadores y a los paganos. Por ejemplo, Lc 15, donde se reúnen tres parábolas sobre este mismo tema: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la del hijo perdido.
Esta relevancia que le da a la misericordia de Dios está orientada a mostrar la actitud que se debe tener para con los paganos: ellos son los desheredados, excluidos de la historia de la salvación, a quienes Dios, compadecido, quiere salvar.
Íntimamente ligado al tema de la misericordia está el perdón a la pecadora arrepentida (Lc 7,36-50), a Zaqueo (19,1-10), por quienes lo crucifican (23,34), perdona al malhechor en la cruz (23,43), a un pueblo que vuelve a su casa golpeándose el pecho en señal de arrepentimiento (23,48).
d) Lucas el Evangelio de los paganos
Lucas tiene en vista a los paganos y muestra con simpatía a personas que no pertenecen al pueblo judío.
El leproso agradecido, curado por el Señor, era samaritano (Lc 17,16). Samaritano era también el hombre misericordioso de la parábola (10,30-35). La actitud de la reina de Saba y de los habitantes de Nínive (11,29-32) es elogiada por Jesús. Se habla bien del oficial romano (7,5) y Jesús mismo alaba su fe (7,9).
e) Lucas el Evangelio de la oración
San Lucas resalta la oración: es necesario orar siempre, sin cesar (Lc 11,1-13; 18,1-8; 21,36). En distintos momentos Jesús ora: en su bautismo (3,21), en la elección de los apóstoles (6,12), durante su predicación (5,16; 9,18; 11,1), en la transfiguración (9,28-29), en el huerto de los Olivos (22,41-42.45) y en la cruz (23,34). También ora María, la madre de Jesús (Lc 1,46-55), Zacarías (1,67-79), los ángeles (2,14), Simeón (2,29-32), Ana, la profetisa (2,36-38).
Jesús aparece rodeado de multitudes que se alegran y alaban a Dios (Lc 5,1.15; 7,11.16). Después de la ascensión, los discípulos vuelven permanecen siempre en el Templo alabando a Dios (24,52-53).
f) Lucas, el Evangelio de los pobres
Los ricos son mencionados con frecuencia generalmente con rasgos negativos en la obra de Lucas. Aparecen por primera vez en labios de la Virgen María, en el canto del Magnificat: «Derribó a los poderosos de sus tronos y elevó a los humildes, a los hambrientos los llenó de bienes y a los ricos los despidió con las manos vacías» (Lc 1,52-53).
Reaparecen después, en boca de Jesús, en el sermón de las bienaventuranzas (6,20.24), en la parábola del rico necio (12,16-21) y en el famoso refrán del camello que pasará por el ojo de una aguja antes que un rico entre en el Reino de Dios (18,24-25).
Los pobres, en cambio, son mirados con predilección en las bienaventuranzas (Lc 6,20-21) y en la parábola del hombre rico y Lázaro (16,19-31), donde reciben el anuncio de que su situación cambiará.
Lucas no alaba la pobreza como algo que debe permanecer. Por el contrario, dice que Dios «elevó a los humildes, a los hambrientos los llenó de bienes» (1,52-53).
Los pobres son felicitados e invitados a vivir con esperanza su situación, porque saldrán de ella por la intervención poderosa de Dios misericordioso.
g) Lucas, el Evangelio del discípulo
Para poder seguir a Jesús se debe renunciar a todo (Lc 14,33); sus discípulos, por tanto, deben abandonarlo todo (5,11; 5,28; 18,28). Es necesario cargar la cruz «cada día» (9,23) y renunciar a todo lo que se ama y a todo lo que se tiene (14,25-33). Pero los que renuncien a todo recibirán ya en este mundo mucho más (18,30).
En el libro de los Hechos de los Apóstoles, Lucas dirá que los miembros de la comunidad cristiana de los primeros tiempos renunciaban a todos sus bienes y no padecían necesidad, porque compartían todo lo que tenían (Hch 2,45; 4,32-35.37).
h) Lucas el Evangelio de la alegría
Zacarías se regocijará por el hijo que le será concedido (Lc 1,14). Hasta la criatura salta de gozo en el seno de Isabel (Lc 1,44). María exulta de júbilo por haber tomado parte en la acción salvífica de Dios: (Lc 1,47). El ángel del Señor anuncia una gran alegría, el nacimiento del Salvador: (Lc 2,10). La misión de los 72 discípulos está marcada por la alegría (Lc 10,17). En la parábola de la oveja perdida, Lucas ha modificado a Mt 18,14 de modo que su conclusión es “hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte (Lc 15,7).
Un caso típico de alegría en razón de la conversión lo encontramos con Zaqueo, quien, con alegría recibe a Jesús (Lc 19,6).
En la aparición del Resucitado, dice que los discípulos “no creían por la alegría” (Lc 24,41).
Se trata de la alegría de la salvación.
i) Lucas el Evangelio de las mujeres
Dos mujeres son protagonistas en los inicios del evangelio: María e Isabel (cf. Lc 1,28-66);
Después de que Jesús perdona a la mujer pecadora (7,36-50), Lucas presenta un pasaje un tanto “atípico”, en el que resalta el seguimiento de algunas mujeres, como discípulas ( 8,2-3)
En el relato de la pasión del Señor, las mujeres están presentes y “contemplan” todo (23,49)
El texto más relevante es sin duda Lc 24: la presencia de las mujeres en el sepulcro y ellas anuncian a los apóstoles la resurrección del Señor.
j) Lucas y la predicación del Evangelio
Lucas toma como punto de partida las profecías del Antiguo Testamento y muestra que la voluntad de Dios es que el Evangelio sea anunciado a todas las naciones. La actitud de Jesús con los pobres, con los pecadores y los más desheredados es la pauta para indicar cuál es el criterio que se debe observar en la predicación con respecto a los paganos. Ellos son los más pobres y los más necesitados con los que se debe compartir esta riqueza que Dios dio a Israel y que es la salvación.
k) Lucas el Evangelio de la Palabra
Son también varios los momentos en los que Lucas pone de relieve el tema de la Palabra, tanto en el Evangelio, como en los Hechos de los Apóstoles
Escribe a partir del testimonio de los testigos oculares y “servidores de la Palabra “(cf. Lc 1,2)
La gente se agolpaba para escuchar ”la Palabra de Dios” (5,1)
Los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” son “su madre y sus hermanos” (8,11.21) y son más dichosos los que escuchan la Palabra y la ponen en práctica (11,28).
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Actualidad del Evangelio
El mundo del Evangelio según Lucas no era muy diferente al de hoy. El Imperio romano presentaba el triste espectáculo de los que vivían esclavizados, de los que padecían la más absoluta miseria y de los ricos, que en alarde de su opulencia, cometían injusticias. También hoy el Evangelio quiere mover a los cristianos para que comprendan que el Reino de Dios, proclamado e inaugurado por Jesucristo, exige compartir en la caridad.
Muchos cristianos, tal vez influidos por algunos predicadores, viven atemorizados ante un Dios amenazador e implacable con los pecadores, o se rebelan contra una divinidad que exige al ser humano mucho más que lo que a este le permite su debilidad. Lucas ofrece la imagen del Dios Padre misericordioso, que se compadece de todos y ama a todos, aunque sean pecadores, y tiene predilección por los más pequeños.
Hoy también la Iglesia sufre divisiones provocadas por los que absolutizan la parte de verdad. Lucas proclama que hay un solo Espíritu Santo que conduce a toda la Iglesia y la va renovando cada día, dejando atrás los elementos que provienen de la cultura de un tiempo o de un lugar, y conduciéndola por el plan de Dios.
El mensaje de los evangelios es siempre actual, porque la Palabra de Dios ha sido dada a la Iglesia para los fieles de todos los tiempos. Pero, en este momento de la historia, cuando toda la comunidad cristiana es llamada a una nueva evangelización, es necesario nutrirse de una manera especial del Evangelio según Lucas, porque es una obra que fue escrita para los que debían ser desde el comienzo «testigos oculares y después llegaron a ser servidores de la Palabra» (Lc 1,2).
La obra literaria de San Lucas
Evangelio y Hechos de los Apóstoles
Los estudios concluyen que su autor es un narrador culto. Es el que demuestra una cultura más cuidada de los evangelistas y que, cuando quiere, utiliza con mucha corrección la lengua griega. Sin duda que es el mejor que escribe entre todos los evangelistas. Esto ya fue advertido por san Jerónimo: «Entre todos los evangelistas, Lucas fue el que más conocía la lengua griega…» (Carta 20, al papa Dámaso.
La obra de Lucas tiene la particularidad de que se compone de dos libros: el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles.
Estas dos obras forman una unidad y se capta plenamente su sentido cuando son leídas en conjunto.
El evangelio, según los criterios que el mismo Lucas nos propone en el Prólogo (recopilar información, ordenarla y reformularla: Lc 1,1-4), fue compuesto después del de Marcos, de quien se sirvió para su redacción, hacia el año 80 d. C. El evangelio se completó con la redacción, poco después, de los Hechos de los Apóstoles, por lo que al final de la década de los ochenta ya estaba editada la obra lucana.
ORGANIZACIÓN LITERARIA DEL EVANGELIO SEGÚN LUCAS
Prólogo 1,1-4
- Infancia y actividad de Juan, el precursor, y de Jesús, el Mesías 1,5-4,13
- Anuncio del nacimiento de Juan y de Jesús 1,5-56
- Nacimiento de Juan y de Jesús 1,57-2,52
- Comienzo del ministerio de Juan y de Jesús 3,1-4,1
- La Palabra del Mesías en Galilea 4,14-6,11
- El primer anuncio de Jesús en Nazaret 4,14-30
- El poder de la Palabra que sana y llama 4,31-5,11
- El poder de la Palabra cuestionado 5,12-6,11
III. Enseñanzas, milagros y revelación del Mesías 6,12-9,50
- Enseñanzas y milagros de Jesús, el Mesías 6,12-8,56
- Revelación de Jesús a sus discípulos 9,1-50
- camino hacia la Pascua: el viaje del Mesías a Jerusalén 9,51-19,28
- 1. Inicio del camino: rechazo del Mesías 9,51-56
Primera etapa del viaje: condiciones para seguir a Jesús 9,57-13,21
3. Segunda etapa del viaje: rasgos del discípulo y de la comunidad 13,22-17,10 - Tercera etapa del viaje: el Reino de Dios está llegando 17,11-19,28
- Jesús en Jerusalén: acciones del Mesías y oposición 19,29-21,38
- Entrada en Jerusalén y enseñanza en el Templo 19,29-46
- Controversias con los jefes de Israel19,47-21,4
3. El final de los tiempos 21,5-38 - Jesús en Jerusalén: la Pascua del Mesías 22,1-24,53
- Pasión y muerte del Mesías
2. Resurrección y apariciones del Mesías
Conclusión 24,50-53