La Iglesia Católica dedica a cada mes del año una celebración en especial. De este modo, noviembre es el mes de la Santidad. A continuación, te explicamos la razón.

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Noviembre, mes de la santidad en la Iglesia

San Pedro y San Pablo

San Pedro y San Pablo

Cada 01 de noviembre se conmemora el día de todos los Santos, una fecha muy especial para los cristianos donde se recuerda a aquellos que, con su ejemplo, nos demostraron que llegar al cielo es un camino arduo, mas no imposible.

Además, nos recuerda que la vida cristiana es un pereginar de la mano de Cristo. Por este motivo, se motiva durante este tiempo a la vivencia cristiana en santidad de los que aún peregrinamos en este mundo, a ejemplo de ellos.

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¿Qué es una vida de santidad?

La santidad no es algo del pasado o inalcanzable: es estar unido a Cristo, que es perfecto y santo, y significa estar en amistad con Dios. Él nos creó a imagen y semejanza, y como tal, nos creo en santidad y para ser santos.

Ser santos es participar de manera activa en la santidad y la pureza de Dios, tal y como dice Mateo 5, 48: “Se perfectos como vuestro Padre Celestial es Perfecto”. 

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¿Qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica?

Este habla al respecto en el número 2013:

Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados

a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad.

De modo que, por medio de la santidad, podemos disfrutar verdaderamente lo que es la vida, pues nuestra santidad proviene de la fuente inagotable que es Dios, que vive en nosotros.

La razón más importante por la que tenemos que esforzarnos de forma constante a este hermoso regalo es porque sólo los santos están en el cielo y contemplan a Dios, cara a cara. Nadie puede ver o estar en la presencia de Dios si no está en santidad. 

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¿Quién puede ser santo?

La santidad no está reservada sólo para unos, es para todos sin distinción de raza o género, ni en realizar gestos heroicos; más bien, es cumplir con amor los pequeños deberes de nuestro día a día. Tal como dice la exhortación apostólica Gaudete et exsultate (“Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual”):

Todos estamos llamados a ser santos con amor y ofreciendo el propio testimonio

en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.

Para finalizar, el camino para llegar a ser santos dependerá de nuestros dones, virtudes y habilidades que podamos poner en favor del prójimo, de acuerdo a la vocación que hayamos elegido en nuestras vidas.

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