El Presbítero Francisco Hernández, encargado de la Comisión de Comunicación, nos comparte qué es la Iglesia y cómo se conforma.
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¿Qué es la Iglesia?
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo y por la cual, gracias al Espíritu Santo, somos familia de Dios, es una, ya que tiene un solo Señor, una sola fe, nace de un solo Bautismo, celebra en comunión el culto divino, especialmente los sacramentos, conserva una sucesión apostólica y existe para unir a toda la humanidad con Dios y entre sí (cfr. Catecismo, 815).
¿Qué es una diócesis?
El Pueblo de Dios, sin dejar de ser uno y único, debe extenderse a todo el mundo y en todos los tiempos. De ahí que legítimamente existan las Iglesias particulares, llamadas normalmente Diócesis, que, unidas al Papa, son parte de la única Iglesia fundada por Cristo (cfr. LG 13).
Para brindar a los fieles una adecuada atención pastoral, toda diócesis o cualquier otra Iglesia particular debe dividirse en partes distintas, llamadas parroquias (cfr. Código de Derecho Canónico, c. 374, p. 1).
¿Qué es una parroquia? ¿cuáles son sus funciones?
El Código de Derecho Canónico define a la parroquia como “Una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio”.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos explica que algunas de sus acciones son congregar al Pueblo de Dios a la celebración de la Liturgia, enseñarle la doctrina de la salvación en Cristo y practicar la caridad del Señor.
¿Quiénes integran una parroquia?
Párroco
El oficio de párroco comporta la plena cura de almas y, en consecuencia, para que un fiel sea designado válidamente párroco, debe haber recibido el Orden del presbiterado [90], excluyendo cualquier posibilidad de nombrar a quien no posea este título o las relativas funciones, incluso en caso de carencia de sacerdotes.
En ausencia de un párroco, por algún motivo, el Obispo puede nombrar a un administrador parroquial.
Vicario parroquial
Puede darse la posibilidad de que un sacerdote sea nombrado vicario parroquial y encargado de un sector específico de la pastoral (jóvenes, ancianos, enfermos, asociaciones, cofradías, formación, catequesis, etc.), “transversal” a diferentes parroquias, o para desempeñar todo el ministerio, o una determinada parte del mismo, en una de ellas.
Diáconos
Los diáconos son ministros ordenados, colaboradores del Obispo y de los presbíteros en la única misión evangelizadora con su tarea específica, en virtud del sacramento recibido, de «servir al pueblo de Dios en la diaconía de la liturgia, de la palabra y de la caridad».
Las personas consagradas
Dentro de la comunidad parroquial, hay personas que pertenecen a la vida consagrada. La contribución de las y los consagrados en la misión evangelizadora de la comunidad parroquial deriva en primer lugar de su “ser”, es decir, del testimonio de un seguimiento radical de Cristo, mediante la profesión de los consejos evangélicos; y solo secundariamente también de su “hacer”, es decir, de las acciones realizadas conforme al carisma de cada instituto (por ejemplo, catequesis, caridad, formación, pastoral juvenil, cuidado de los enfermos).
Laicos
La comunidad parroquial está compuesta especialmente por fieles laicos, los cuales, en virtud del bautismo y de los otros sacramentos de la iniciación cristiana, y en muchos también del matrimonio, participan en la acción evangelizadora de la Iglesia.
(https://desdelafe.mx/noticias/iglesia-en-el-mundo/que-es-una-parroquia-y-quienes-la-integran/)
¿Qué es un decanato? Y su importancia
Las parroquias cercanas se unen en grupos llamados decanatos, para ayudarse en una pastoral común que favorezca a sus fieles, correspondiendo la coordinación de los mismos a los Decanos. (cfr. Código de Derecho Canónico, c. 374, p 2). En nuestra diócesis de Azcapotzalco hay 7 decanatos.
Un decanato es la “reunión de parroquias vecinas”, una forma estable de colaboración entre parroquias donde todos los agentes pastorales –pastores, diáconos, religiosos (as) y laicos- son responsables de la comunión y participación eclesial.
Son grupos de parroquias dentro de una diócesis puestos bajo el cuidado de un «decano» y llamados «decanatos».
La palabra «decano» deriva del latín decanus, que originalmente se refería a un líder a cargo de diez personas.
El propósito del decanato es ayudar al obispo en la administración de su diócesis. A menudo, una diócesis es una gran región geográfica y para gobernar la diócesis de manera efectiva, el obispo necesita decanos para ayudar a supervisar las parroquias y garantizar que funcionen correctamente.
En algunos casos, cuando el obispo no puede estar físicamente presente en un evento eclesial importante, el decano es designado como su representante. Por ejemplo, a menudo un decano instala a un sacerdote como el nuevo «pastor» de una parroquia, por ello son los representantes locales del obispo.
Si hay un problema con una parroquia o sacerdote, los laicos deben consultar primero al decano local. Entonces, si el problema no se resuelve, el decano debe presentar el problema al obispo.
En las áreas donde hay muchos católicos extendidos en un área grande, los decanatos son una herramienta efectiva que ayuda al obispo a mantener la unidad entre su rebaño.
Los decanatos se agrupan a su vez en regiones que se llaman zonas pastorales, en nuestra diócesis hay tres zonas pastorales.
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