En el mundo del habla hispana (y en todos los idiomas) existe una gran variedad de biblias, y una de sus principales diferencias está en la traducción. También se encuentras las ediciones católicas y las que pertenecen a otros credos. ¿Ya sabes cómo diferenciar una Biblia Católica?

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Así puedes diferenciar una Biblia Católica de otras

De acuerdo al padre Carlos Junco Garza, doctor en Teología Bíblica por la Universidad Ponticia de México, catedrático de la Arquidiócesis de Monterrey y coordinador de la traducción de la Biblia de la Iglesia de América, la Biblia es un factor de unidad entre los cristianos. De acuerdo a una entrevista que le realizaron, el sacerdote destacó la belleza y gran esfuerzo que los traductores protestantes hacen con sus ediciones; no obstante, “lo ideal para el católico siempre será tomar una Biblia Católica”.

Ante la gran diversidad de Biblias y la posibilidad de elegir alguna que no sea conforme a las enseñanzas de la religión católica, ¿cómo se puede reconocer?

Lo más factible es verificar que cuente con una característica especial: el Nihil Obstat; es decir, la aprobación de un Obispo que da fe de la línea doctrinal y moral del texto. 

El Nihil Obstat se encuentra en las primeras páginas de la Biblia. Se trata de una abreviación del latín Nihil Obstar quominus imprimatur, que significa “no existe impedimento para que sea impresa”.

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Otras diferencias importantes

En el Nuevo Testamento, la versión católica y protestante cuentan con el mismo contenido. Sin embargo, en el Antiguo Testamento, la Iglesia Católica reconoce 46 libros, siete de los cuales no son aceptados por las confesiones que nacieron a partir de la Reforma Protestante; además de algunos textos de dos libros más.

Estos libros que se encuentran ausentes en las biblias protestantes son: Tobías, Judith, Eclesiástico o Sirácide, Baruc y el primero y segundo de los Macabeos. 

En cuanto a otros libros, sí están los de Ester y Daniel, pero sólo una parte.

Estos libros, conocidos como los Deuterocanónicos, son los que la Iglesia Católica históricamente asume como textos de inspiración divina, y por tanto, como parte de la Sagrada Escritura, lo cual quedó oficilializado en el Concilio de Trento, que se desarrolló entre 1545 y 1563.

Por otro lado, a partir d ls Reforma del siglo XVI, el movimiento protestante se apegó a la tradición judía, que desde el siglo II no acepta estos libros.

Con información de Desde la Fe