El Pregón Pascual, también llamado Exsultet, es un canto solemne que se proclama durante la Vigilia Pascual. Es un anuncio lleno de gozo que proclama la Resurrección de Cristo y da inicio al tiempo pascual. Con sus palabras, la Iglesia invita a todos los fieles a alegrarse por la victoria de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte.
Te compartimos la reflexión que S. E., Adolfo Castaño hace sobre este canto.
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El pregón pascual
El pregón pascual expresa de forma elocuente el júbilo que nos embarga. No hay lugar para tristezas, desánimos o abatimiento, porque celebramos el motivo que sustenta nuestra fe cristiana. Sólo hay espacio para la alegría. Habiendo celebrado los misterios de la pasión y de la muerte de nuestro Salvador, hoy la Iglesia anuncia con grande gozo que quien murió en la cruz no ha sido derrotado. El sepulcro no lo ha podido retener. Cristo vencedor del pecado y de la muerte vive resucitado.
Por eso cantamos: “Alégrese por fin el coro de los ángeles, alégrense las jerarquías del cielo y por la victoria de rey tan poderoso, que las trompetas anuncien la salvación… Alégrese también nuestra madre la Iglesia, revestida de luz tan brillante, resuene este templo con las aclamaciones del pueblo”. La Iglesia exulta por el acontecimiento que da sentido a nuestro ser y misión. Como dice san Pablo: “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana es también fe. Y quedamos como testigos falsos de Dios…” (1 Cor 15,14).
La Palabra de Dios proclamada en la “Madre de todas las vigilias” como la llamaba san Agustín, ha ido presentando el plan de salvación de Dios desde la creación del mundo, por la palabra del Creador, hasta la Nueva Creación, por quien es la Palabra por excelencia, el Verbo Eterno y quien da el sentido pleno a todo cuanto existe, incluida nuestra humanidad.
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