Hoy, en el Día del Niño, queremos recordar a estos santos mexicanos, que sacrificaron su vida por amor a Cristo: los Niños Mártires de Tlaxcala, declarados por el Vaticano patrones de la infancia mexicana.

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¿Quiénes son los niños mártires de Tlaxcala?

Cristóbal, Antonio y Juan son los nombres con los que se recuerda a los pequeños mártires.

Cristóbal

Era hijo de Axotécatl, un distinguido Señor de la ciudad de Tlaxcala. 

Axotécatl fue obligado a enviar a sus cuatro hijos con los frailes franciscanos con el fin de que aprendieran los principios de la fe cristiana.

Cristóbal, de unos 13 años de edad, se convirtió muy pronto y con gran fervor a la fe católica, por lo cual intentó convertir a su padre, sumergido en la idolatría y la embriaguez.

Lamentablemente, su padre enfureció y, animado por Xochipapalotzin, una de las mujeres de Axotécatl, lo golpeó con gran saña.

De esto dio testimonio Luis, uno de los hermanos de Cristóbal, también converso, quien lo narraría tiempo después a fray Toribio de Benavente, conocido como “Motolinía“. 

Cristóbal no murió por los golpes: Axotécatl lo mandó posteriormente a quemar en una hoguera de cáscaras de encino.

Antonio y Juan

Fue nieto de Xicoténcatl, señor de Tizatlán, y heredero de este señorío.

Se cree que nació entre 1516 y 1517, y que pudo ser martirizado a los 13 años, misma edad que la de Cristóbal.

Por otro lado, Juan era un vasallo de Antonio, y tenía la misma edad sirviéndole como su esclavo personal.

En 1529, el fraile dominicio Bernardino Minaya se dirigía a la misión evangelizadora a Oaxaca. Al pasar por Tlaxcala, solicitó apoyo a los frailes franciscanos para llevarse a algunos nios con él.

Juan y Antonio se ofrecieron de forma voluntaria, a pesar de que el fraile les advirtió de los peligros. 

Los niños fueron enviados solos a Tecali y Cuautinchán, donde Antonio se metió a una casa a recoger ídolos para destruirlos, mientras Juan hacía guardia en la pierta.

De pronto, llegaron dos hombres con macanas y golpearon a Juan, quien murió al instante.

Al notar lo ocurrido, Antonio increpó a los hombres por haber asesinado a un inocente, y frente a ellos rompió los ídolos. Los hombres enfurecieron y mataron al niño también.

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Testimonio para la humanidad

Cristóbal, Antonio y Juan fueron reconocidos como protomártires de América, y también beatificados por Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe en 1990.

En 2017 se celebró su canonización presidida por el Papa Francisco en el Vaticano. 

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