La noche del domingo 16 de marzo del presente, siete jóvenes salamantinos de la Diócesis de Irapuato fueron asesinados mientras planeaban las actividades de Semana Santa de su parroquia, San José de Mendoza. Este terrible suceso se atribuye al crimen organizado.
No podemos dejar de pensar en quién se atrevería a tocar a estos servidores, ni con qué oscuro propósito. La única certeza que tenemos es que no podemos permanecer indiferentes. Estos jóvenes eran de los nuestros: seguramente alguno de ellos subió con nosotros hasta el santuario de Cristo Rey; entre ellos estaban los que tomaban su rosario y pedían por ellos y sus familias; quizá uno tocaba la guitarra en misa o era monagillo. Y ellos, así como nosotros, eran amigos y ahora dejan un hueco enorme en su comunidad.
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Lo que se sabe del ataque a los jóvenes de la Diócesis de Irapuato
Eran cerca de las 8 de la noche cuando el grupo de jóvenes (entre ellos, dos adolescentes) se encontraban conviviendo en una cancha de usos múltiples ubicada cerca de la Iglesia. De acuerdo con los reportes de medios locales, un grupo armado llegó al sitio y abrió fuego de forma indiscriminada.
En el ataque fallecieron los siete jóvenes, y resultaron heridas al menos nueve personaes, entre ellas un niño de nueve años.
En la zona del atentado, peritos forenses y elementos de la Guardia Nacional localizaron más de 50 casquillos de arma larga. Varios de estos impactaron contra la fachada de la iglesia, perforaron paredes y viviendas y dañaron la infraestructura de varios negocios.
No los olvidemos en nuestras oraciones, pidamos a Dios su justicia, y que nos proteja, porque estamos viviendo un momento de terror en nuestro amado México. La Pastoral de Adolescentes y Jóvenes de la Diócesis de Azcapotzalco, junto con toda la comunidad de nuestra Diócesis, se une en oración por las almas de las víctimas, y exige justicia a las autoridades competentes ante este doloroso hecho.
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