Francis Browne era todavía un seminarista cuando abordó el primer y único viaje que hiciera Titanic, el barco colosal protagonista del naufragio más famoso de la historia.
El naufragio del Titanic es quizá, uno de los pasajes más impactantes de la historia moderna. Es tal su atractivo que hasta la fecha su historia sigue cautivando hasta al menos curioso.
Existen pocos registros físicos de las últimas horas del barco en altamar, antes de su hundimiento. La mayoría de lo que se sabe es gracias a las memorias de los pasajeros que lograron sobrevivir aquella madrugada del 14 de abril de 1912. Sin embargo, existe un registro fotográfico de los pasajeros a bordo del “palacio flotante”, tomado por nada menos que un seminarista jesuita de origen irlandés llamado Francis Browne.
Te puede interesar: Ellos son los 3 sacerdotes ue murieron heroicamente en el naufragio del Titanic
Quién es Francis Browne, el seminarista que tomó fotos a bordo del Titanic
Browne era una aficionado a la fotografía, y quería aprovechar el viaje para documentar la vida a bordo del barco que, en ese entonces, era el más lujoso del mundo.
Con ayuda de su tío, el Obispo de Cloyne, Francis pudo costear el viaje y retratar cómo era la vida en aquel barco colosal cuyo destino final era la ciudad de Nueva York. El joven seminarista, sin embargo, no tenía como objetivo aquella lejana ciudad: este desembarcaría en el puerto de Queenstown (hoy Cork), con el fin de regresar a su tierra natal.
El primer día de su viaje, Browne convivió durante la comida con una pareja de millonarios estadounidenses que le ofrecieron costear el viaje competo hasta Nueva York. Emocionado, el joven telegrafió a su tío para pedir permiso y hacer la travesía completa, pero la respuesta del Obispo fue contundente: “te necesito aquí, provinciano”.
Aunque con tristeza, Browne obedeció a su tío y acató la orden, sin poner objeción alguna.
El resto de su viaje, el seminarista se dedicó a tomar fotografías de los viajeros y distintos espacios del Titanic.
Antes de desembarcar, intercambió direcciones con muchos viajeros, a los que prometió enviar por correo las fotos que había tomado.
No te pierdas: ¿Quién fue el mexicano que dio su vida en el Titanic por salvar a una madre de familia?
Un desenlace inesperado
Casi cuatro días después, el Titanic chocó contra un iceberg y se hundió a 600 kilometros al sur de Terranova, Canadá.
Murieron 1514 personas, de las 2,224 que llevaba a bordo, y de los cuales, 627 eran inmigrantes que viajaban en tercera clase, huyendo de la pobreza y hambruna de los países nórdicos e Irlanda, persiguiendo el sueño americano.
Las fotos de Browne, que más tarde se convertiría en sacerdote y capellán durante la I Guerra Mundial, circularon con profusión tras el desastre marítimo. Sin embargo, fueron olvidadas por 23 años en un arcón, y descubiertas por otro sacerdote que trataba de poner orden en el desván de la rectoría donde el ex pasajero del Titanic ejercía como sacerdote.
Descubre más información relacionada en Diócesis de Azcapotzalco