DIÓCESIS DE AZCAPOTZALCO
CDMX, 05 de junio de 2021
COMUNICADO PASTORAL
El día de ayer, viernes 04 de junio del presente año 2021, las autoridades de la Ciudad de México anunciaron el cambio de semáforo, de color amarillo a verde, a partir del próximo lunes 07 de este mismo mes de junio. Ante dicho anuncio, en nuestra Diócesis de Azcapotzalco, se indica lo siguiente:
1. Recordar que el cambio de semáforo no significa que la pandemia ha llegado a su fin. A pesar de que han disminuidos sus impactos, sin embargo ella continúa presente en nuestra vida cotidiana. Por tal motivo debemos seguir cuidando nuestra salud y la de las ovejas que el Señor nos ha encomendado.
2. “No bajar la guardia” significa que debemos promover la vacunación entre los miembros de nuestras comunidades y continuar con los protocolos de sanidad establecidos: sana distancia, ventilación adecuada, desinfección de nuestros espacios litúrgicos e instalaciones parroquiales (sacristías, oficinas, salones), toma de temperatura, uso de mascarillas, gel antibacterial, etc. Por ningún motivo debemos poner en riesgo nuestra salud y la de nuestras comunidades.
3. Para las celebraciones, el aforo permitido por el Gobierno de la Ciudad, en espacios cerrados, será del 50%. Las parroquias o rectorías que cuenten con espacios abiertos, podrán disponerlos de la forma que juzguen más conveniente, siempre con la necesaria sensibilidad pastoral y evitando todo tipo de las aglomeraciones.
4. Paulatinamente, conforme las circunstancias lo vayan permitiendo, se podrán ir retomando, con mucha prudencia, pero también con ánimo renovado las diversas actividades pastorales, incluidas las reuniones presenciales con agentes de pastoral y algunos otros grupos que se considere conveniente.
5. Intensifiquemos nuestra oración por el fin de la pandemia y por las personas que más han sufrido las consecuencias de la misma, los enfermos y sus familiares, el personal de salud, los que han perdido sus trabajos y quienes han sido llamados a la presencia del Señor.
Que esta crisis sea también una oportunidad para reavivar nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor y, sobre todo, que seamos portadores y testigos de esa fe y esperanza, en nuestra Iglesia y en el mundo.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? Ya dice la Escritura: «Por tu causa estamos expuestos a la muerte todo el día, somos contados como ovejas destinadas al matadero».
¡Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a Dios que nos ha amado! Porque estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo que está por venir, ni los poderes ni las alturas ni las profundidades ni cualquiera otra creatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado Cristo Jesús, nuestro Señor (Rm 8,35-39).
DIÓCESIS AZCAPOTZALCO